TURISMO

La ruta comienza en la capital de Morelos. La ciudad de Cuernavaca, también apodada "Ciudad de la eterna primavera" por su agradable clima durante todo el año, alberga una de las catedrales más antiguas del país. Los primeros doce frailes franciscanos que llegaron a la Nueva España fueron los encargados de fundarla en 1525. Aquí también podrás visitar el Palacio de Cortés, antigua morada del conquistador español Hernán Cortés.

En el municipio de Tepoztlán se encuentra este convento fundado alrededor de 1555 por los frailes dominicos, quienes ayudados de las manos indígenas, levantaron esta construcción. Tepoztlán, considerado uno de los pueblos mágicos de México, está lleno de atracciones como la pirámide descubierta en la cima del cerro Tepozteco, desde donde tendrás una vista magnífica del valle.

Este hermoso convento resalta por los murales que lo decoran. Se localiza en el poblado de Tlayacapan, uno de los sitios más pintorescos de Morelos. El monasterio estuvo a cargo de la Orden de San Agustín. Cuenta con un museo de sitio en donde se exhiben cuerpos momificados hallados en el lugar, así como objetos pertenecientes al héroe revolucionario Emiliano Zapata.

El municipio de Atlatlahuacan es el sitio donde los frailes agustinos se dieron a la tarea de construir este convento del siglo XVI. De este templo se derivaron trece barrios con igual número de capillas. Su fachada de es de estilo medieval y es uno de los monasterios mejor conservados de la región.

En Yecapixtla, una de las poblaciones de mayor antigüedad en Morelos, encontrarás este convento que destaca por su arquitectura tapizada de ornamentos alusivos a los frailes agustinos. Aprovechando la visita no dejes de probar la famosa cecina de Yecapixtla que le ha dado fama nacional a esta población.

Fray Juan Cruzat, uno de los arquitectos más notables de la Orden de los Agustinos, se encargo de mejorar y terminar este convento del siglo XVI situado en el municipio Zacualpan de Amilpas. En su interior podrás admirar las celdas que ocupaban los monjes, su cocina conventual y sus hermosas capillas.